¿Cómo te sientes cuando te tomas un fin de semana y te vas de paseo a
la playa más cercana? Se siente bien ¿verdad? Poder recorrer un pueblo distinto
al que vives, tal vez pasear junto a un rio, o caminar por una playa, o
simplemente sentarte a observar una puesta de sol.
Muchas personas creen que para viajar se necesita mucho dinero, que
necesita de mucha planeación, o cualquier otra excusa para evitarse un gasto
que la mayoría de las veces se considera innecesario. Pero viajar no solo es un
descanso para nuestro cuerpo, es también un sorbo de agua refrescante para el
alma. Nos llena de nuevas energías y nos hace sentir reseteados para continuar
con nuestra vida diaria.
Tal vez para comenzar solo tengas que mirar a tu alrededor y buscar un
destino cercano. Cuando lo tengas visto, toma tus cosas y vete, sabrás a tu
regreso que tu decisión fue la correcta, porque viajar siempre nos reconforta.
Voy a
contarte lo que he aprendido por medio de mis viajes y te mostraré muchos
lugares de nuestro hermoso planeta que vale la pena conocer, aunque sea una vez
en la vida. Quién sabe si en el camino, fuera de encontrarte con el viaje de
tus sueños, te encuentras contigo mismo; con ese yo escondido que tienes dentro
y que no has podido sacar fuera y echarlo a gozar en plenitud.
Te guiare también para que puedas saber cómo equiparte para viajar y
cómo sacarle el mayor provecho a tu viaje, a cada uno de los pasos que des,
porque viajar es la mejor decisión que un ser humano puede tomar en la vida.
Anímate y sigue leyendo, quien sabe si aquí encuentras el aventón que
te falta para echarte a volar.
“Una vez que has viajado, la travesía
nunca termina, es recreada una y otra vez a partir de la vitrina de los
recuerdos. La mente nunca puede desprenderse del viaje”.
Pat Conroy
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