Casi todas las personas responden al unísono: “DESCANSAR”, mas no todos descansamos del mismo modo. Para algunos, las vacaciones son un tiempo para disfrutar con mucha gente, ir
de fiesta, comer y beber. Para otros, las vacaciones son un tiempo para
descasar y relajarse. Hay también quien dedica esa porción de tiempo en el año
para visitar lugares de gran importancia histórica que siempre han querido conocer. Hay otros que disfrutan
contemplando hermosos paisajes y tomando fotografías.
Es de gran importancia que tengas claro en qué quieres
invertir tu tiempo y tus recursos para poder planificar tu viaje. A la hora de
tomar la decisión de elegir donde pasar tus vacaciones, debes pensar qué es
lo que quieres hacer y/o qué es lo que necesitas para disfrutar al máximo esos esperados días.
Por ejemplo:
Uno de los destinos más visitados del mundo es Cancún. Vas a Cancún por una semana todo incluido, por un valor que no es tan económico. En temporada baja
tiene un valor aproximado de USD$2.500 para dos personas, eso sin contar con
gastos extras.
Llegas a Cancún.
Tienes casi todo lo que necesitas en el hotel así es que te quedas ahí y sales por las noches cuando
tienes ganas, y si no, ocupas las ventajas y beneficios que estos lugares ofrecen. Un tour
clásico para quienes visitan Cancún o Playa del Carmen es una visita a Chichen Itzá.
El tour tiene un valor aproximado de USD$100 dólares por persona.
¿Sabías que Cancún pertenece a la Riviera Maya y que hay muchísimas
playas paradisiacas, tours y muchos sitios arqueológicos interesantes cerca de
ahí? Por mucho menos dinero, tal vez menos de USD$ 2.000 dólares, en esa misma
fecha y para dos personas, podrías conocer 2, 3 y hasta 4 playas paradisiacas cercanas, incluyendo alojamientos, comidas y otros gastos. Por USD$ 130 dólares arriendas un vehículo por toda una semana.
Soy de las que creen que los destinos para viajar son muchos más de lo que
muestran la televisión y las revistas. Hay sitios increíbles en todas partes y cada lugar tiene su propio encanto. Lo importante es tener claro lo que
quieres hacer y luego, tienes un sinfín de posibilidades para elegir.
Tú puedes elegir un destino y planificar tu viaje como más
te acomode y con el presupuesto que tú elijas. Solo hay que planificar con
tiempo.
Otra alternativa es comprar un tour en una agencia de
viajes. Por medio de un tour, compras y todo está listo. No obstante, las
agencias de viajes no te conocen ni saben lo que tu quieres exactamente para tus vacaciones. Por esa razón te ofrecerán solo los tours que ellos tienen a disposición.
Si me preguntas a mí, yo no elegiría un tour. Me gusta organizar mi propio tiempo. Si llego a un lugar me gusta poder recorrer y observar, sentarme a mirar un
monumento, pasear por un parque o simplemente observar un amanecer o una puesta de sol sin
mirar el reloj. Me gusta poder admirar un paisaje y tomar fotografías de frente
y no detrás del cristal de un autobus y, además, sin afán. No digo que no sea bueno, solo que a mí no me gusta.
Una vez compré un tour, y no fue una experiencia para repetir. Regresé más cansada que cuando partí. Las otras veces que he viajado lo he hecho por mi
propia cuenta, sin embargo, la primera vez fue un fiasco. Tres meses y un solo paseo porque no
lo organizamos bien.
Poder llegar a un sitio y
buscar el alojamiento, descansar el tiempo que necesites y salir donde quieras y por el
tiempo que quieras no tiene precio. No hay mejor sensación que la de tener todo el tiempo del
mundo para decidir.
Siempre habrá ventajas y desventajas tanto para tomar un
tour como para hacer un viaje por tu cuenta. Pero ese es tema para otra oportunidad.
Si tú tienes claro lo que quieres para tus vacaciones,
entonces estas en el punto de partida correcto para comenzar a planificar tu viaje. Después
de eso, se abre todo un enorme abanico de posibilidades.
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